primera época (1993-1995)
Stidna! nació en octubre de 1993 como una acción de agitación artística en el campo de la comunicación, con la intención de denunciar la manipulación interesada del lenguaje por parte del poder y llamar la atención sobre el poder de la palabra, especialmente de la palabra escrita, a la vez que denunciar ciertas actitudes y tics dentro del lenguaje de los medios de comunicación.
Durante su primer año de existencia, Stidna! desarrolló una labor de experimentación formal en el ámbito del copy-art y el mail-art. Además de una manipulación formal de los materiales con los cuales Stidna! trabajó desde el principio -textos y, posteriormente, imágenes-, hay un segundo nivel de manipulación simbólica, en la cual se desnuda a la información contenida al mencionado material de las mistificaciones del discurso del poder para revelar significados enmascarados por aquel. Stidna! manipula críticamente aunque sin tergiversar la información que recibe.
Uno de los rasgos fundamentales de Stidna! es la constante referencia a las fechas, a la memoria inmediata, perdida en medio del continuo bombardeo informativo de los medios de comunicación. Los destinatarios iniciales de Stidna! fueron los medios de comunicación. Su originalidad como mail-art radicaba en su autolimitación: desde el principio no pretendió nunca el diálogo ni la difusión pública, sino establecer unos canales de comunicación unidireccionales entre autor y destinatario; una relación desigual, asimétrica, reflejo de la relación entre los medios de comunicación y su audiencia. Los medios de comunicación controlan tanto los contenidos de los mensajes que emiten como los contenidos y la difusión de las respuestas generadas por su audiencia. Convencidos de la imposibilidad de controlar el propio discurso entregado a los medios de comunicación, Stidna! optó desde un primer momento por la acción postal anónima, para evitar la disolución de su mensaje dentro de la dinámica de los medios.
Tres bloques temáticos constituyeron el objeto de esta primera etapa. El primero de ellos denunciaba actitudes sexistas y racistas así como la banalización de la guerra y la muerte en los medios informativos. El segundo trataba el poder de la imagen y de los medios de comunicación. El último bloque temático pretendía denunciar la confusión ideológica generada por el poder a través de la manipulación del lenguaje, en beneficio propio y en detrimento de las libertades.